-Fraccionar la comida en 5 ingestas (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena)
para lograr mayor variedad de alimentos.
-Se recomienda comer despacio y masticar bien los alimentos.
-Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra (verduras, legumbres, cereales
integrales, fruta fresca).
-Consumir lácteos a diario. Los descremados son la mejor elección porque contienen la
misma calidad nutricional sin añadir grasa saturada (queso fresco, yogur desnatado y
leche desnatada o semidesnatada).
-Disminuir el consumo de grasa saturada y colesterol. Elegir preferiblemente las carnes
más magras (pollo y pavo sin piel, conejo, ternera magra, solomillo de buey, lomo de
cerdo, caballo,...) y quitar la grasa visible antes de su cocinado.
-Consumir un mínimo de 3-4 raciones de pescado a la semana y aumentar la frecuencia
de pescado azul. Contiene grasas saludables (omega3).Los frutos secos como las nueces
y almendras también aportan acidos grasos sanos imprenscindibles para la dieta.
-Utilizar técnicas culinarias con poca grasa (plancha, horno, papillote, vapor, hervido y
cocido) y moderar los fritos, empanados, rebozados y guisos, por su exceso de grasa.
-Reducir el consumo diario de bollería, pastelería y platos precocinados por su elevado
contenido en grasas y azúcares.
-Moderar el consumo de sal, azúcar, miel y alcohol.Podemos utilizar especias y hierbas
aromáticas para dar sabor a los platos.
-Beber un mínimo de 2,5 litros de líquidos a diario para evitar la deshidratación repartidos
en las comidas y durante fases de entrenamientos especialmente en niños y ancianos. Se
aportan a través de: sopas, zumos, infusiones, agua,....